Alimentos antiinflamatorios que sustituyen al ibuprofeno
La inflamación es una respuesta natural del organismo ante una agresión externa (virus, bacterias, toxicidad, etc.). Si se produce algún fallo en el proceso de curación natural cuando el cuerpo está tratando de recuperar ese daño, es cuando se origina la inflamación
«Hay dos tipos de inflamación: aguda y crónica. La aguda dura unos días hasta que la causa se resuelve, el problema es cuando el organismo no es capaz de acabar con el origen que provoca la inflamación y esta se vuelve crónica, pudiendo durar meses o años. La crónica, por su parte, está relacionada, con una alimentación inadecuada, rica en alimentos proinflamatorios, con estrés crónico, exposición a tóxicos, tabaco, exceso de alcohol, sobrepeso, alteraciones intestinales…», explica el quiropráctico Ata Puramini, orientador en salud y nutricionista, autor, entre otros libros, de Escuela de la espalda y Tú eres tu medicina.
Somos lo que comemos
Según el experto, una mala alimentación, rica en grasas y azúcares, y exenta de los nutrientes esenciales y antioxidantes, como frutas y verduras, puede favorecer la aparición de una inflamación crónica, «porque al ser alimentos procesados, no naturales, el cuerpo no los reconoce y desarrolla una respuesta de defensa liberando sustancias proinflamatorias como si de un enemigo se tratase», asegura.
De ahí la importancia de qué comemos, cuánto y cómo lo comemos, más allá de la talla de la ropa, puesto que «numerosos estudios científicos muestran que la inflamación crónica es la base de importantes enfermedades cuya prevalencia hoy en día es muy alta como el cáncer, las dolencias cardiovasculares, la diabetes, las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple, el asma, incluso el alzheimer, entre otras…», advierte Pouramini.
En cuanto a «las grasas que provocan inflamación son las llamadas trans, que están presentes en los alimentos procesados (bollería industrial, carnes procesadas, etc.). Sin embargo, las grasas saludables como las insaturadas y algunas saturadas tienen efectos antiinflamatorios como las presentes en las semillas, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, aguacate, etc.», expone.
Respecto al azúcar, «los azúcares refinados que se hallan en los alimentos procesados son los más problemáticos: azúcar blanco, bollería industrial, refrescos, etc. Sin embargo, los azúcares naturales que se encuentran en las frutas o en algunos frutos, como los dátiles, no provocan inflamación», añade.
Una alimentación equilibrada y saludable es una de las mejores opciones para mantener un organismo sano. Si además se introducen algunos alimentos con propiedades antiinflamatorias en la cesta de la compra se reducirán los riesgos de sufrir inflamaciones.
¿Qué beneficios aportan?
El consumo de alimentos antiinflamatorios «puede ayudar a reducir síntomas de depresión, ansiedad, diabetes, asma, enfermedades coronarias, hipotiroidismo, reflujo gastroesofágico, úlceras y trastornos digestivos e intestinales en general como la colitis, fibromialgia, y un largo etcétera. Igualmente, nos ayudarán a sentirnos mejor, con más energía, vitalidad y optimismo para vivir una vida más plena y feliz. No obstante, no se debe olvidar que la toma de estos alimentos ha de hacerse siempre en el contexto de una dieta saludable. El organismo, para funcionar de forma adecuada, necesita todo tipo de nutrientes», dice Pouramini.
Esto es así, porque los alimentos con especial efecto antiinflamatorio «bloquean la formación de moléculas proinflamatorias ayudando a prevenir así numerosas enfermedades. Además, contrarrestan los radicales libres por su alta concentración en antioxidantesque se forman en el organismo a causa de los tóxicos. También ayudan a reparar el daño celular, reducen los daños en el ADN, retrasan el envejecimiento y contienen numerosos nutrientes que ayudan al organismo a realizar sus funciones correctamente», expresa el especialista.
Eso sí, cualquier producto proinflamatorio (productos refinados y procesados) debe estar desterrado de nuestra dieta «cuya base ha de ser los alimentos basados en plantas como verduras, hojas verdes, cereales integrales, frutas, frutos secos, semillas, etc. Si se consume proteína animal tiene que ser de buena calidad», cuenta el quiropráctico, que además de una alimentación saludable, recomienda reducir el estrés, practicar ejercicio y evitar tóxicos ambientales, tabaco…
Si se mantiene una nutrición rica en alimentos con propiedades antiinflamatorias, no recurriremos, insiste Pouramini, a la toma habitual de medicinas por síntomas o molestias indeterminadas, que no revisten gravedad. En el caso de la espalda, su especialidad, recuerda que una pastilla reduce o acaba con el dolor momentáneamente, pero no elimina su origen. Menos medicinas y una alimentación adecuada si contribuyen a mejorar la sintomatología dolorosa en particular y a tener una mejor salud en general.
Incorpóralos a tu dieta
Aunque la mayoría de los alimentos del mundo vegetal, especialmente las verduras, hierbas y especias, cuentan con estas propiedades, es cierto que algunos comestibles tienen una capacidad antiinflamatoria mayor y además han sido más estudiados. Algunos son más exóticos y otros pueden hallarse sin problema en el menú diario.
La cúrcuma, también conocida como oro indio, se utiliza como especia y como hierba medicinal. Sus propiedades antiinflamatorias se conocen y estudian desde los orígenes, en la medicina tradicional china y se destaca su carácter protector del hígado. De sabor algo picante, se puede añadir a los arroces o a platos de carne. También a guisos. Potencia la apariencia del plato sin ser tan fuerte como los más conocidos curris y azafrán, de aspecto parecido.
El jengibre está más introducido en España gracias a la comida oriental y se puede encontrar en los puestos de verdura de los mercados. Tiene un sabor muy peculiar, difícil de definir y que le da un toque especial a las sopas. Como complemento medicinal es válido para las afecciones intestinales. Lo puedes tomar en infusión, pastillas y envasado en aceite.
También en infusión, el romero es útil para prevenir la inflamación y como calmante en casos de dolor muscular y calambre, por lo que se suele encontrar entre los remedios naturales de los deportistas.
La piña, buen diurético, indicada en las dietas poco calóricas y para las personas que retienen líquido, también se utiliza en procesos inflamatorios, debido a la acción de la bromelina. Se recomienda tomarla después de comer si se padece de gases, se tienen malas digestiones y dolor de estómago.
El pescado azul , debido a sus buenos niveles de Omega 3, es una de las armas contra la inflamación más contrastadas en múltiples estudios. De ahí que no falte en ninguna dieta. El único inconveniente es que a veces este tipo de pescado tiene altos niveles de mercurio. Con un consumo normal no será problema.
La lechuga y otros vegetales de hoja verde, muy ricos en antioxidantes, es un remedio natural contra la inflamación. Otro clásico de las dietas sanas.
Para acabar con la lista, el aceite de Krill, un pequeño cangrejo que incluyen en sus sopas algunos países asiáticos como Corea y Taiwan . El concentrado del aceite de este crustáceo se vende en pastillas y es una fuente excepcional de Omega 3.
El brócoli, los arándanos, los germinados, el apio, las semillas de chía y de lino y las nueces destacan también por su efecto antiinflamatorio.
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