Algunos alimentos con propiedades anticancerígenas
Aunque hay gente que no se cuida y llega a los 90 años, esto es excepcional, generalmente nuestros hábitos influyen bastante en nuestra salud sobre todo la actividad física y nuestra alimentación. Ya lo hemos dicho alguna vez, nos encanta la frase «Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento»
Por eso, y sin ánimo de ser pesados, estamos profundizando en aquellos que tienen propiedades para problemas específicos en este caso hemos querido mostraros algunos alimentos con propiedades anticancerígenas; Granada, té verde, ajo, calabaza, frutos secos, frutos rojos, aceite de oliva extra virgen, aloe vera, orégano, cítricos, manzana, vino tinto, tomate, pimientos, zanahoria, melocotones, crucíferas, coles, espinacas, remolacha, cúrcuma, setas, y algas.
Alto contenido de elementos antioxidantes que frenan la acción de los radicales libres, principales causantes del daño celular.
Té verde
Contiene polifenoles y otros tipos de antioxidantes que previenen la división de células cancerosas, combatiendo y reduciendo las probabilidades de desarrollar tumores. Tiene propiedades anticancerígenas y actúa como protector contra los efectos de la radiación.
Ajo
Nuestras abuelas ya conocían las propiedades antisépticas y antibacterianas del ajo. Ahora también sabemos que contiene derivados del azufre y antioxidantes que protegen frente a determinados tipos de cáncer, como el de mama, pulmón y gástrico. En el ajo sus compuestos azufrados y su elevado contenido de vitaminas y minerales participan de forma activa en la prevención de varios tipos cánceres.
Calabaza
Como el tomate, la calabaza es una estupenda fuente de licopeno, un compuesto que potencia la acción de las vitaminas, minerales y fibra presente en la fruta y la verdura y que reduce el riesgo de padecer cáncer de próstata.
Frutos secos
Sobre todo las nueces tienen fitoesteroles, que bloquean los receptores de estrógeno mientras ralentizan el crecimiento de las células malignas. Consumir a diario un puñado de nueces proporciona vitamina E, derivados del azufre, magnesio y fitoestrógenos que reducen el riesgo de padecer cáncer de mama.
Frutos rojos
Ralentizan el crecimiento tumoral gracias a sus propiedades antioxidantes que inactivan los puntos en los que los carcinógenos se unen al ADN. De todos ellos, los arándanos presentan la mayor concentración de quercitina, uno de los flavonoides más estudiados por su actividad antitumoral.
Aceite de oliva extra virgen
Contiene compuestos polifenólicos y grasas polinsaturadas. El oro líquido de la dieta mediterránea contiene vitamina E y D, así como polifenoles, con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El ambicioso estudio Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea), llevado a cabo durante doce años, concluyó que las mujeres que toman cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra al día ven reducido hasta un 68% el riesgo de desarrollar un cáncer de mama.
Se puede tomar su savia en jugo (con algún cítrico). Contiene germanio, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
Orégano
Es rico en fenoles, cumarinas, lactonas y, especialmente, carvacrol, un fitoquímico que, según se ha estudiado, induce a la muerte en las células tumorales del cáncer de próstata.
Cítricos
Los carotenoides (alfa-caroteno, betacaroteno, licopeno, luteína, criptoxantina) son derivados de la vitamina A que se encuentran en muchos cítricos. Contienen importantes cantidades de alcaloides que inhiben la unión al ADN de agentes cancerígenos como el benzopireno. Las naranjas, además, contienen terpenos, asociados, según la AECC, a la prevención de algunos tipos de cáncer.
Manzana
Volviendo al refranero popular, se dice que una ‘manzana al día mantendrá al doctor fuera de tu vida’. Los estudios sugieren que el consumo regular de manzanas podría ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer bucal, de esófago, colon, ovarios y próstata.
Vino tinto
Resveratrol, un ingrediente activo que ha demostrado inhibir el crecimiento de las células cancerosas en varias regiones del cuerpo. Mantiene con el cáncer una compleja relación. La comunidad médica y la AECC recomiendan reducir el consumo de alcohol. Pero el vino contiene etanol y polifenoles, que ayudan a mantener una buena salud cardiovascular, así como resveratrol, que reduce el riesgo de padecer tumores intestinales. La clave es la moderación, un vaso al día
Tomate, Pimientos, Zanahoria
Por su alto contenido en betacaroteno, a parte el tomate, posee mucho licopeno que es fuente de salud. Reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, purifica el hígado, reduce el colesterol y, además, contiene grandes cantidades de licopeno, un fitoquímico responsable de su coloración rojiza, y de su capacidad para prevenir el cáncer de próstata.
Melocotones
Son una importante fuente de betacarotenos, un fitoquímico que ayuda en la prevención del cáncer de pulmón en personas no fumadoras. En el caso del melocotón, además, la Universidad de Texas, en Estados Unidos, está estudiando la capacidad de alguno de sus compuestos de combatir las células cancerígenas de forma selectiva, sin atacar a las células normales.
Cruciferas
Como la coliflor, pero especialmente el brócoli contiene isotiocianatos que pueden frenar el desarrollo de células cancerígenas. El brócoli contiene agentes anticancerígenos como magnesio, cumarinas y alcaloides. Y, sobre todo, vitamina A, que protege frente a los tumores de pulmón, esófago, laringe, estómago y leucemia.
Uno de los compuestos fitoquímicos inhibidores de tumores más estudiados son los indoles, cuya acción evita roturas del ADN y protege frente al cáncer de mama, estómago, hígado y próstata. Se encuentra principalmente en las coles, pero también en otras verduras como el nabo o los berros.
Espinacas
Son de hoja verde y, por tanto, ricas en vitamina E, magnesio y también saponinas, cuyas propiedades antitumorales derivan de inducir a la destrucción directa de células cancerosas y tienen efecto inmunomodulador.
Remolacha
Con carotenoides y flavonoides que nos protegen de los radicales libres.
Cúrcuma
Previene las céluas cancerígenas y ayuda a contrarresarlas al crear sustancias como el glutatión que posee cualidades antioxidantes. La curcumina, el principal componente de esta raíz que se puede tomar fresca o seca y molida, es una las flavonas más estudiadas. Se ha demostrado su efecto protector en tumores experimentales de páncreas y colon y en el cultivo de células humanas de cáncer cerebral, de mama, esófago y colorrectal.
Setas
Como las asiáticas maïtake, shitake, enoki o reishi, pero también nuestro tradicional níscalo, contienen lentinan, un fitoquímico que estimula el sistema inmunitario. Experimentalmente, se ha demostrado en cultivo que inhiben el crecimiento de sarcomas por el aumento de la respuesta inmune.
Algas
Algas comestibles oscuras, como el alga nori o la wakame, cuyo color se debe a la flucoxatina que contienen, cuentan con fitoestrógenos que inhiben –como se ha demostrado en cultivo– las mutaciones que producen muchos agentes cancerígenos.
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