Uñas y piel frágiles, falta de claridad mental y cansancio son síntomas que no parecen tener nada que ver, y sin embargo su causa puede ser la misma: la deficiencia de selenio en tu cuerpo.
El selenio es un micronutriente para todas las formas de vida conocidas que se encuentra en el pan, los cereales, el pescado, las carnes, las lentejas, la cáscara de las patatas y los huevos. Está presente en el aminoácido selenocisteína y también se puede encontrar como selenometionina, reemplazando al azufre de la cisteína y la metionina respectivamente. Forma parte de las enzimas glutatión peroxidasa, yodotironina deiodinasa y tiorredoxina reductasa.
Es antioxidante, ayuda a neutralizar los radicales libres, induce la apoptosis, estimula el sistema inmunológico e interviene en el funcionamiento de la glándula tiroides. Las investigaciones realizadas sugieren la existencia de una correlación entre el consumo de suplementos de selenio y la prevención del cáncer en humanos. De manera similar, algunos estudios han comprobado que algunas concentraciones de selenio resultan quimioprotectoras frente a la apoptosis inducida por estrés oxidativo. Aún es tema de investigación, pero se sabe que la forma química en la que se encuentra el selenio (selenito, selenato o selenoaminoácidos) afecta a su absorción y a su posible toxicidad.
Los datos actuales apuntan a que la forma orgánica (formando parte de proteínas como selenoaminoácidos) es la más beneficiosa para los animales. Además potencia el buen humor. La deficiencia de selenio es relativamente rara, pero puede darse en pacientes con disfunciones intestinales severas o con nutrición exclusivamente parenteral, así como en poblaciones que dependan de alimentos cultivados en suelos pobres en selenio. La ingesta diaria recomendada para adultos es de 55-70 μg; más de 400 μg puede provocar efectos tóxicos (selenosis).
Del selenio no se suele hablar cuando se ofrecen consejos generales de nutrición. Sin embargo, se trata de un mineral esencial –es decir, es necesario obtenerlo de los alimentos– con propiedades antioxidantes y los estudios indican que la mitad la población no lo consigue en dosis suficiente.
Las fuentes vegetales de selenio son las legumbres, los frutos secos, las semillas y los cereales integrales (aunque las fuentes más abundantes son animales: carne magra, vísceras y marisco). En una dieta de base vegetal estos alimentos se han de consumir a diario porque también son la principal fuente de proteínas. Pero muchas personas no los incluyen en sus menús en cantidades suficientes y además las tierras europeas son cada vez más pobres en este mineral, por lo que los alimentos lo contienen en proporciones muy pequeñas.
SÍNTOMAS DE UNA DEFICIENCIA DE SELENIO
La consecuencia de seguir una dieta incorrecta y la pobreza de los suelos es que la deficiencia es común, especialmente entre los vegetarianos, las mujeres y quienes no comen trigo para evitar el gluten, según los estudios realizados en varios países europeos.
ALTERACIONES DE LA TIROIDES
La glándula tiroides necesita selenio para producir la hormona T3 y cumplir con su misión en los procesos metabólicos. El selenio también es necesario para que la tiroides neutralice el agua oxigenada que produce y que en exceso daña los propios tejidos de la glándula.
CONFUSIÓN MENTAL
El selenio también es necesario para sintetizar las llamadas selenoproteínas, enzimas que participan en una amplia de funciones fisiológicas, entre ellas la función cerebral. Estas selenoproteínas son necesarias para la comunicación entre neuronas. Por eso las personas con deficiencia de selenio se quejan de mala memoria, problemas de concentración y falta de claridad mental.
BAJO ESTADO DE ÁNIMO
Sin duda algunas cosas que nos suceden en la vida justifican que atravesemos una etapa de desánimo, pero este también puede ser favorecido por distintas deficiencias nutricionales. Una de ellas es la de selenio. Una revisión de estudios publicados en la revista Nutrition Neuroscientist descubrió que las personas con bajos niveles de selenio también se quejaban de un estado de ánimo bajo y ansiedad, síntomas que desaparecían al tomar suplementación.
CANSANCIO Y DEBILIDAD MUSCULAR
El selenio participa en la producción de energía celular y reduce el estrés oxidativo, lo que significa que la sangre con suficiente oxígeno puede llegar a todos los rincones del cuerpo. Sin embargo, con una deficiencia de selenio se produce un exceso de oxidación y se reduce la cantidad de oxígeno que circula con la sangre, lo que provoca cansancio y sensación de debilidad muscular.
PÉRDIDA DE CABELLO
El selenio regenera y alarga la vida en el cuerpo de otros antioxidantes, como la vitamina C. Los antioxidantes protegen todos los tejidos corporales, entre ellos el cuero cabelludo. Una pérdida de cabello puede significar un déficit de antioxidantes relacionado a su vez con una carencia de selenio.
Una pérdida de cabello que se produce con relativa rapidez y se distribuye de manera uniforme puede ser un signo de deficiencia de selenio.
PIEL Y UÑAS FRÁGILES
El mismo proceso antioxidante es necesario para mantener la piel y las uñas en buen estado. Por eso, también unas uñas y piel frágiles pueden denotar una absorción insuficiente del mineral. Una piel pálida o un blanco intenso de las medias lunas de las uñas pueden ser signos de carencia crónica de selenio.
RESFRIADOS E INFECCIONES FRECUENTES
El selenio también es necesario para que el sistema inmunitario sea eficaz en la lucha contra bacterias y virus patógenos como los que causan los resfriados y otras enfermedades infecciosas. Sufrir más de 3 o 4 resfriados durante el otoño y el invierno puede sugerir una deficiencia, sobre todo si van acompañados de otros síntomas.
CÓMO SE DIAGNOSTICA LA CARENCIA
En teoría se puede hacer una análisis de sangre que incorpore la medición del selenio, pero es muy poco común. No es un test rutinario que encarguen los médicos. Por otra parte, el análisis solo indicaría si se ha tomado o no suficiente selenio en las últimas horas.
Existen análisis de selenio en muestras de cabello, pero se consideran muy poco precisos sobre el verdadero estado nutricional. Si se sospecha de una deficiencia, más sensato que hacerse una prueba es asegurarte de que sigues una alimentación equilibrada con suficientes alimentos ricos en selenio. Esto es algo que debemos hacer siempre, sin esperar a lo que diga un análisis.
¿CUÁNTO SELENIO NECESITAS?
La dosis diaria recomendada por la Unión Europea es 55 mcg al día, aunque algunos países aconsejan 75 mcg. En caso de deficiencia, los médicos suelen aconsejar un suplemento de 200-300 mcg. No es recomendable superar esta cantidad porque las dosis muy altas pueden producir daños. Los suplementos de selenio pueden ser inorgánicos u orgánicos –como el que se encuentra en la levadura natural que se cultiva enriquecida con selenio– que son mejor absorbidos por el cuerpo.
Si se sufre algunas enfermedad y se sigue un tratamiento, conviene consultar con el médico si se puede tomar un suplemento de selenio.
ALIMENTOS RICOS EN SELENIO
El alimento vegetal más rico en selenio es la nuez de Brasil. Tanto que una al día es suficiente para obtener de sobras todo el selenio que necesitas. Otros alimentos muy ricos son las setas shiitake, las judías secas, las semillas de chía, lino o sésamo y el arroz integral.
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