Reconocer los disruptores endocrinos para poder evitarlos
Es hora, si no lo hemos hecho ya, de tomarnos en serio los disruptores endocrinos químicos (DEQ) y de fijarnos en si los alimentos, cosméticos, muebles y otros productos que consumimos y utilizamos habitualmente los llevan o no. Y si la respuesta es afirmativa, habremos de cambiar nuestros hábitos para evitarlos
“Por prudencia, y porque el efecto hormonal de los disruptores endocrinos es una realidad, aunque se desconoce su magnitud, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) aboga por evitar estas sustancias, sin caer en el alarmismo”.
Así de claro y contundente es el mensaje que han lanzado los endocrinólogos españoles, que junto con la Sociedad Europea de Endocrinología (ESE), ha enviado una carta al Ministerio para la Transición Ecológica alertando sobre las amenazas que plantean los DEQ para la salud de la población y para el medioambiente.
“Los gobiernos deben informar a los consumidores y facilitar el uso de envases y otras sustancias inertes que no contienen disruptores endocrinos”, aseguran los médicos especialistas en endocrinología.
Los disruptores endocrinos son compuestos químicos presentes en insecticidas, plásticos, detergentes, pesticidas, cosméticos, resinas, envases y otros muchos productos de uso cotidiano, que contaminan el medioambiente y que incorporados a un organismo vivo afectan a su equilibrio hormonal.
Los DEQ se asocian con menos fertilidad masculina, algunos cánceres y problemas metabólicos
Los endocrinólogos explican que, aunque la comunidad científica aún no ha podido establecer una relación causa-efecto entre la presencia de estas sustancias en el organismo y el aumento de ciertas enfermedades, lo que está fuera de toda duda es que los DEQ se asocian con la disminución de la fertilidad masculina, con algunos tipos de cáncer (mama y próstata, principalmente) y con ciertos problemas metabólicos como diabetes, hipertensión y obesidad.
Los principales DEQ son el insecticida DDT (diclorodifeniltricloroetano), los policloruros de bifenilo (una clase de compuestos clorados usados en la industria de los refrigerantes y lubricantes), compuestos asociados al plástico como el bisfenol-A (presente en el papel térmico de algunos ticket de caja), el PBDE, PBB, ftalatos y estireno (usado en electrodomésticos y en los coches), pesticidas y fungicidas agrícolas como clordano, clordecone, Mirex, trifenilestaño y oxafeno; disolventes como el 1,2,4-triclorobenceno, tetracloroetileno o el octacloroestireno, alquilfenoles usados en detergentes, y el resorcinol.
Estos compuestos están presentes en envases de alimentos con recubrimientos plásticos, plaguicidas, productos de higiene personal y de limpieza, materiales de construcción, materiales plásticos y sintéticos, ambientadores, materiales de decoración, insecticidas, ropa, juguetes, electrodomésticos, aparatos electrónicos, compuestos antiadherentes…
¿Cómo evitarlos?
Por ello, y para evitar el contacto y la exposición a estos disruptores endocrinos, los especialistas de la SEEN recomiendan evitar el consumo de productos envasados y procesados industriales, y de envases y materiales con recubrimientos plásticos, ignífugos, antiadherentes…
Como alternativa aconsejan utilizar materiales inertes, como el vidrio y las fibras naturales. También recomiendan reducir el consumo de alimentos precocinados, beber agua del grifo en lugar de embotellada, y leer bien las etiquetas de los cosméticos y los productos de limpieza antes de comprarlos para asegurarse que los elegidos están libres de esas sustancias.
Impacto sobre las hormonas sexuales
Los DEQ tienen potencial para perturbar cualquier sistema hormonal, pero los endocrinólogos aseguran que la información disponible sobre la disrupción hormonal causada por los agonistas o los antagonistas de las hormonas sexuales femeninas (estrógenos) es muy superior.
Por contra, comentan que los resultados de las investigaciones sobre el efecto negativo de los disruptores endocrinos sobre los mecanismos de control de la testosterona y la espermatogénesis en los testículos son confusos, y no es posible afirmar “de forma cuantitativamente significativa” que sean la causa directa de las alteraciones en estos sistemas. “La potencia hormonal de estas sustancias es extremadamente débil, y solo una exposición ambiental muy intensa y repetida es motivo de preocupación, tal y como ha expresado reiteradamente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)”, recalcan desde la SEEN.
Los DEQ pueden perturbar cualquier sistema hormonal, pero se ha probado más su impacto sobre los estrógenos.
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