La adicción no se produce con cualquier alimento. Investigadores de la Universidad de Michigan estudiaron la alimentación adictiva en 518 personas. Los participantes tuvieron que puntuar 35 alimentos, tanto procesados como sin procesar, con una escala de 1 (nada adictivo) a 7 (extremadamente adictivo, según la escala de adicción a los alimentos de Yale, YFAS).
En este estudio, del 7 al 10% de los participantes fueron diagnosticados con adicción a la comida en toda regla. Además, el 92% de los participantes exhibió un comportamiento alimentario de tipo adictivo hacia algunos alimentos. En repetidas ocasiones tuvieron el deseo de dejar de comerlos, pero no pudieron hacerlo.
Los resultados detallan qué alimentos fueron más y menos adictivos. El número que sigue a cada alimento es la puntuación media dada en el estudio mencionado.
Los alimentos más adictivos fueron con mayor frecuencia alimentos procesados ??con altas cantidades de grasa, a menudo de los tipos menos sanos (saturadas, refinadas y parcialmente hidrogenadas), y azúcares añadidos.
Este tipo de alimentos está relacionado con problemas como la obesidad, la diabetes, la colesterolemia, el síndrome metabólico, la arterioesclerosis, los infartos cardiacos y cerebrales, y el cáncer.
LOS ALIMENTOS MÁS ADICTIVOS:
PIZZA (4.01).
Aunque puede elaborarse con ingredientes vegetales saludables, como pimientos, tomate, champiñones, etc, acostumbran a contar con un exceso de grasa debido a la presencia de queso. Prueba la pizza con base de coliflor y con ingredientes 100% vegetales.
CHOCOLATE (3,73).
Normalmente las presentaciones más adictivas son las que tienen más cantidad de azúcar y grasa, es decir, los chocolates con leche y los blancos. El chocolate negro de más del 70% de cacao es menos adictivo y más sano por su riqueza en polifenoles antioxidantes.
PATATAS FRITAS DE BOLSA (3,73).
Las patatas fritas son muy adictivas: muchas de ellas contienen potenciadores del sabor que incrementa su potencial de adicción (y la dosis de sodio). Las grasas con las que están elaboradas suelen ser poco saludables (saturadas, poliinsaturadas refinadas demasiado ricas en omega-6 o trans).
GALLETAS (3,71).
Combinan grandes cantidades de azúcar, harinas refinadas y grasas trans o saturadas. Hay versiones caseras endulzadas con dátiles y hechas con harinas integrales y prácticamente sin grasas que son una opción mucho más saludable a las convencionales.
HELADO (3,68).
El helado es adictivo por la cantidad importante de grasa -a menudo, trans- que le confiere cremosidad. También contiene una elevada proporción de azúcar, colorantes y aromas sintéticos. Opta por versiones caseras más ligeras y sanas.
PATATAS FRITAS CASERAS (3.60).
Las patatas fritas que venden en hamburgueserías o lugares de comida rápida se preparan con mezclas de aceites refinados que se reciclan una y otra vez, generándose compuestos tóxicos. Además aportan demasiadas grasas trans insanas y, en consecuencia, calorías.
HAMBURGUESAS CON QUESO (3.51).
Combinan la grasa saturada de la carne con la grasa saturada del queso. Son bombas de colesterol que tapona para las arterias. La carne que utilizan suele ser roja, declarada cancerígena por la OMS. Las hamburguesas veganas (sobre todo si las preparas en casa con ingredientes naturales) son tanto o más ricas y mucho más sanas.
REFRESCO NO DIETÉTICO (3,29).
Los refrescos contienen cantidades ingentes de azúcares. Además algunos contienen cafeína, taurina y otras sustancias que los convierten en potencialmente peligrosos cuando se consumen en grandes cantidades. Las versiones con edulcorantes sintéticos no son mucho mejores (favorecen la obesidad tanto como el azúcar).
PASTELES (3,26).
También combinan harinas refinadas con azúcares y grasas normalmente saturadas o hidrogenadas, con lo que se juntan tres elementos perjudiciales para la salud. Además producen picos de glucosa que generan una sensación momentánea de bienestar y energía; al cabo de poco tiempo llega el «bajón».
QUESO (3,22).
Es muy adictivo debido a la presencia de ß-casomorfina, una sustancia opioide que procede de la digestión de la caseína, una proteína de la leche. Las variedades que son más adictivas son las más altas en grasas saturadas y, por ello, más calóricas.
TOCINO (3.03).
El tocino es prácticamente grasa saturada pura, cuya untuosidad lo hace muy adictivo para muchos paladares. Además al freírlo en exceso se generan sustancias tóxicas que aumentan su riesgo cardiovascular.
POLLO FRITO (2.97).
Fíjate en la composición de los nuggets congelados listos para rebozar: están llenos de grasas desconocidas y aditivos.
PALOMITAS DE MAIZ CON MANTEQUILLA (2.64).
Son hidratos de carbono de absorción rápida más grasa saturada, una combinación poco recomendable. Además, las que vienen en bolsas listas para el microondas están contaminadas con bisfenol (un disruptor endocrino) del plástico.
CEREALES EN EL DESAYUNO (2.59).
Tienen una cantidad increíble de azúcar oculto bajo la fachada de «alimento saludable». Además este tipo de cereales se encuentran entre los alimentos más ricos en acrilamidas, sustancias cancerígenas que se crean cuando los alimentos que contienen el aminoácido asparagina se calientan a altas temperaturas en presencia de algunos azúcares.
BISTEC (2.54).
Su grasa es saturada y en cantidades elevadas aumenta el riesgo de sufrir cáncer. Además es una carne poco sostenible por las cantidades de agua que se necesita para su producción. Es mejor pasarse a las proteínas vegetales.
MAGDALENAS (2.50).
Les pasa lo mismo que a las galletas y los pasteles. Combinan azúcares añadidos con hidratos de carbono refinados y grasas vegetales hidrogenadas o saturadas. Una tríada que hay que erradicar de la dieta.
POR QÚE LA COMIDA PUEDE PROVOCAR ADICCIÓN
El comportamiento alimentario de tipo adictivo implica mucho más que la falta de «fuerza de voluntad», ya que existen razones bioquímicas por las que algunas personas pierden el control sobre su consumo.
Este comportamiento se ha relacionado repetidamente con los alimentos ultraprocesados, especialmente aquellos con alto contenido de azúcar y / o grasa añadidos, diseñados para resultar muy apetecibles, pero que provocan desequilibrios en la cantidades de azúcares, grasas y hormonas en la sangre.
El mayor contribuyente al comportamiento alimentario de tipo adictivo es el cerebro humano. Tiene un centro de recompensa que secreta dopamina y otras sustancias químicas para sentirse bien cuando come. Este mecanismo explica por qué a algunas personas les gusta tanto comer cualquier cosa y olvidan su salud.
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