Pocos grupos de alimentos resultan tan beneficiosos para la salud como la fruta. Desintoxica, fortifica, regenera, alimenta, aporta importantes elementos y está cargada de antioxidantes. Y, además, refresca. El verano es un momento óptimo para darle el máximo protagonismo posible en nuestra dieta.
Los meses de verano con la mejor época del año para consumir fruta. En ningún otro momento dispondremos de opciones tan variadas, saludables y apetitosas. Melón, sandía, aguacate, pomelo, mango, uva, higos, ciruelas o coco son todos ellos alimentos muy refrescantes y con efectos muy beneficiosos para la salud.
Una buena alimentación es fundamental para propiciar un inmejorable aspecto físico. Una dieta baja en nutrientes provoca una apariencia apagada, sin brillo. Debemos equilibrar nuestro régimen y nada mejor que la fruta, rica en nutrientes, vitaminas y minerales, para reponer, rejuvenecer y regenerar nuestra apariencia y, lo más importante, nuestro cuerpo. La alimentación es el mejor tratamiento de belleza y la fruta parte primordial de ella. Estas son las piezas más relevantes que podemos elegir cuando vayamos al mercado en nuestro puesto de frutas favorito.
1 Melón:
No está del todo claro si procede de África o de Oriente Medio, pero en cualquier caso lleva presente en nuestras mesas desde hace al menos 5.000 años. Resulta muy recomendable en verano porque contiene un 85% de agua, es bajo en calorías -alrededor de 35 por cada 100 gramos-, aporta fibra y glúcidos y muy pocas proteínas y todavía menos grasas. Por todo ello está especialmente indicado para las dietas de adelgazamiento y es muy beneficioso para el sistema nervioso y muscular por su alto contenido en potasio.
Además aporta fósforo, magnesio y calcio, ácido fólico y vitaminas A y C. También es diurético, depurativo y ligeramente laxante, favorece la formación de glóbulos rojos y está recomendado para personas que sufren de gota y reumatismo. Es un buen aliado de la piel. Como mejor se come es solo, así que se puede tener cortado y preparado en el frigorífico y consumirlo de vez en cuando.
2 Sandía:
Una de las grandes estrellas del verano. Pertenece a la misma familia que el melón, las cucurbitáceas y como él, produce multitud de efectos beneficiosos en el organismo. Es un alimento muy saludable, muy bajo en calorías y con un gran contenido en agua, más del 90% de su composición. Así que cuando el calor aprieta, nada mejor para hidratarse que una buena ración de sandía.
Es rica en vitamina C y por tanto mejora el sistema inmunológico y previene los daños celulares pero además contiene una amplia variedad de vitaminas y minerales. Ayuda a cicatrizar heridas, su alto contenido en licopeno mejora la calidad de nuestros huesos y aleja el fantasma de la osteoporosis. Tiene mucha fibra y es muy saludable para el sistema cardiovascular y disminuye la concentración de grasas en nuestras células gracias a la citrulina, También es bueno para los ojos, porque es una importante fuente de beta-carotneo y de vitamina A. Es diurética, antiinflamatoria y antioxidante y, según algunos estudios, ayuda a prevenir el cáncer, especialmente el de próstata.
3 Higos:
Hay restos de esta fruta en excavaciones de hace más de 7.000 años. Proceden, según parece, del Próximo Oriente y hoy en día están presentes en todos los continentes. Pertenecen a la familia de la morera y son dulces y jugosos. Se pueden comer solos, secos o en ensaladas y postres. Son ricos en fibra y en minerales esenciales como el calcio, lo que significa que es bueno para la densidad ósea, cobre, magnesio, manganeso y potasio, que ayuda a bajar la presión sanguínea.
En cuanto a vitaminas, destaca la presencia de vitamina K y B6. Proveen grandes cantidades de fibra dietética, lo cual es bueno para el tránsito intestinal y para el control del peso. Además, según varios estudios, reducen hasta en un 34% el riesgo de cáncer de mama. Son muy recomendables porque protegen el corazón, regulan las funciones del hígado y el riñón, disminuyen la tensión arterial y reducen la degeneración muscular. Su valor nutricional por cada 100 gramos es de 74 calorías y 3 de ellas calorías de grasa. Una receta: higos picados, con hojas de espinaca y queso de cabra o parmesano rallado.
4 Aguacate:
Aunque posee un alto contenido en grasa, una porción de aguacate cubre perfectamente dos terceras partes de las necesidades dietéticas diarias de una persona. Contiene 160 calorías por cada 100 gramos y unos 15 gr de grasa, sobre todo ácidos grasos monoinsaturados, aunque nada de colesterol. Una de sus mayores virtudes es el cuidado de la piel y el cabello y porque ayuda a retrasar el envejecimiento. Tanto es así, que en Sudamérica muchas mujeres lo usan como una eficaz crema solar e hidratante.
Tiene muchas ventajas. Es saciante y por tanto ayudan a controlar la dieta y a bajar de peso. Impulsa el crecimiento y la reparación de la masa muscular, lo que le hace ideal para los deportistas, y además es antiinflamatorio, sobre todo en caso de artritis. También repara los cartílagos. Es muy rico en ácido fólico, por lo que resulta muy recomendable para mujeres embarazadas, vitamina E y B6, potasio y fibra. Es cardiosaludable, reduce el colesterol y los triglicéridos y ayuda a absorber los nutrientes contenidos en otras frutas y verduras. Favorece el sistema inmunológico gracias a su alto contenido en luteína y en carotenoides y mejora el tracto gastrointestinal y la función cerebral. Es un antibiótico natural y, ¡atención! aplicando un macerado sobre ciertas zonas combate la celulitis.
5 Pomelo:
Por alguna misteriosa razón, este cítrico es un auténtico desconocido a pesar de su gran versatilidad en la cocina y de poseer un sinfín de propiedades. Se puede consumir en macedonia, como zumo, en una brocheta, licuada o como aliño de ensaladas. En verano, incluso, se puede utilizar en helados, granizados y sorbetes. Por ejemplo, su zumo, en ayunas, es muy saludable. Casi un 90%  de su contenido es agua, contiene menos calorías que otros cítricos más comunes, como la naranja, el limón o la mandarina, y actúa favorablemente sobre los niveles de insulina, hormona estrechamente relacionada con la acumulación de grasa.
Destaca su alto contenido en vitamina C y ácidos fólico, oxálico, tartárico, málico y cítrico, carotenoides antioxidantes y minerales como el potasio y el magnesio. Lo que no hay que hacer nunca es la famosa `dieta del pomelo´, al menos sin control médico. Es cierto que tiene grandes cualidades adelgazantes pero no basta con consumirlo solo, hay que realizar un estudio integral de las necesidades dietéticas de cada persona concreta y acompañarlo de otros nutrientes. Eso sí, contribuye a la absorción del hierro y previene la anemia. Tiene propiedades astringentes y antibacterianas, es un antioxidante natural, rico en fibra, aporta hidratos de carbono y por tanto proporciona energía y mejora la salud de las encías. Sus azúcares son muy recomendables para deportistas y su zumo combinado con agua y sal es una excelente bebida isotónica.
6 Mango:
Procedente del noroeste de la India, pertenece a la misma familia que el pistacho y el anacardo. Cultivado desde hace más de 4.000 años, hoy en día es habitual en todas las zonas cálidas del planeta. De textura jugosa y firme, es posible encontrarlos de distintos colores: verdes, amarillos y rojos, aunque en su interior todos tienen la misma tonalidad dorada.
Su sabor es suave, dulce y agradable y, además contiene más de 20 vitaminas y minerales y aporta grandes beneficios dietéticos y nutricionales. Por ejemplo, gracias a que en su pulpa aparecen los betacarotenos, es muy útil para prevenir enfermedades respiratorias, especialmente el asma. Por la misma razón previene ciertos tipos de cáncer, como el de próstata, tal y como constató en un estudio la Universidad de Harvard, o el de colon. Protege los huesos con su aporte de vitamina K y gracias a la zeaxantina filtra los rayos de luz azul, tan dañinas para nuestros ojos. Es muy recomendable para diabéticos por su gran cantidad de fibra y, por la misma razón, para personas con problemas cardiovasculares y que sufren estreñimiento. Y una apunte más para los adictos a la belleza… hace que la piel y el cabello reluzcan más gracias a su generosa aportación de vitamina A.
7 Uvas:
Casi tan antigua como el hombre, blanca o negra la uva ha formado parte de nuestra dieta casi desde siempre. Ya se recolectaba en el Paleolítico y se cultivaba en el Neolítico. La uva pertenece al género Vitis de la familia de las Vitáceas, en la que hay más de 600 especies que producen este fruto, de los cuales unas 20 son cultivadas para su consumo. Cada 100 gramos de uva aporta entre 63 y 68 kcal dependiendo de si es blanca o negra y de ellos más del 82% es agua, un 16% carbohidratos y casi un 1% fibra.
Sus compuestos fenólicos, tales como los antocianos, tanintos y flavonoides, son los responsables de su olor, color y sabor. Estudios científicos recientes han mostrado la eficacia de la uva en la inhibición o al menos bloquear el crecimiento tumoral, por lo que se recomienda su consumo en caso de padecer cáncer o de tener factores de riesgo. Su gran concentración de antioxidantes y de radicales libres, sobre todo de resveratrol, es muy beneficiosa para contrarrestar enfermedades cardiovasculares y degenerativas, así como el proceso den envejecimiento. Mejora la vasodilatación y disminuye el riesgo de trombosis y su contendido en potasio reduce la presión arterial. Regula el tránsito intestinal y previene el estreñimiento y sus azúcares de rápida absorción aportan energía de forma casi instantánea.
8 Ciruelas:
Hay básicamente dos variedades, la europea, que procede de las regiones del Cáucaso, y la oriental que proviene de China. Ambas pertenecen a la misma familia que el melocotón. Es muy habitual en nuestros mercados cuando llega el muy tiempo en cualquiera de sus tres modalidades, roja, amarilla y verde. Todas son muy ricas en agua, casi un 83%, y en hidratos de carbono, con más de un 10%, pero apenas tiene proteínas, un escaso 0,8% y aún menos grasa, el 0,2%. Sin embargo aporta muchísimo potasio y algo menos de fosforo, calcio y magnesio y también un poco de hierro.
Es muy generosa en vitamina C, vitamina A y vitamina E. Todo esto hace de la ciruela un alimento de alto valor energético, muy depurativo, ligero y alcalinizante, al mismo tiempo que refrescante y tonificante. Por tanto, activa el sistema nervioso y combate la fatiga. Si quieres comer algo que no engorde, no lo dudes: ciruelas. Su zumo depura y tonifica, por lo que está muy indicado para realizar curas de desintoxicación. Por si fuera poco, mejora el rendimiento intelectual y físico, el estado de la piel y frena el envejecimiento gracias a su acción antioxidante. Su alto contenido en potasio favorece la eliminación de líquidos y restablece el equilibrio del organismo. Tiene un claro efecto diurético, muy recomendable para enfermos renales, de gota y que sufren reumatismo. Gracias a que posee oligoelementos como selenio, cobre, cinc o magnesio mejora el funcionamiento celular. El mejor momento para consumir ciruelas es en el desayuno, aunque son buenas en cualquier momento del día.
9 Coco:
¿De dónde viene el coco? De países exóticos y tropicales, por supuesto. Filipinas, Brasil, Indonesia… su imagen y su consumo no puede desengancharse de la imagen de una playa pero aun así debemos hacer un esfuerzo y llevarlo a nuestra cocina e incluirlo en nuestra dieta. Todo es aprovechable de esta fruta, desde su agua a su pulpa, pasando por su corteza. Leche, aceite, manteca, harina… todo, lo da todo. Su aportación nutricional es importantísima. Por ejemplo minerales, como el cinc o el selenio, ambos con importantes propiedades antioxidantes. Muchas vitaminas, como la C, necesaria para cuidar de nuestros huesos; o la B1, vital para el sistema nervioso; o la B3, que reduce los niveles de colesterol.
Al mismo tiempo, y dado que es muy rico en agua, favorece la hidratación. Su famosa agua de coco es muy rica en minerales y vitaminas. Su leche ayuda a eliminar bacterias debido a la presencia de ácido láurico y, por tanto, fortalece el sistema inmunológico. El potasio presente en el coco regula la presión arterial, combate la retención de líquidos y, como es una de las frutas más ricas en fibra, tiene un señalado efecto laxante. Ya sea a través de la alimentación como gracias a su aceite, es muy beneficioso para la piel, la cual hidrata y dota de brillo y luz. Finalmente, es muy calórico, lo que hace recomendable moderar su consumo, pero también aporta una enorme cantidad de energía, ideal para momentos de tensión y de derroche de esfuerzo. Y además, justo en ese momento… resulta que el coco es muy efectivo para combatir el estrés… ¡Qué viene el coco!
Fuente: https://www.elperiodico.com/es/port/vida/20190819/ciruelas-coco-melocoton-10-frutas-saludables-dieta-verano
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