Hay numerosos alimentos que solemos adquirir en el supermercado sin saber que prepararlos en casa es sencillo y económico. Y no solo eso: si aprendemos bien la receta y nos acostumbramos a cocinarlos nos garantizamos productos libres de aditivos, elaborados a nuestro gusto con ingredientes naturales.

En realidad, en casa puede cocinarse prácticamente todo, pero estos son algunos de los productos habituales más fáciles que podemos incorporar ya a nuestro recetario casero.

Bebidas vegetales
De arroz, de avena, de frutos secos… No hay nada más fácil de preparar que una de esas bebidas vegetales que solemos adquirir en el súper y que suelen llevar una buena cantidad de aditivos, sobre todo mucho azúcar. Si las elaboramos en casa, no solo podremos endulzarlas como queramos o incluso no hacerlo, sino también darles mayor o menor intensidad de sabor en función de nuestras necesidades.
La elaboración no tiene ningún secreto. Basta con mezclar una cantidad de frutos secos con agua, dejar macerar y acabar colando la mezcla con un colador fino. Usar entre 200 y 250 g de almendra para un litro de agua y obtendrás una bebida bastante densa. Recomendamos no edulcorarlas, para ir acostumbrando al paladar a su sabor, y pensar que esta bebida solo dura unos 5 días en la nevera antes de estropearse. Las almendras sobrantes se pueden triturar y combinar con un variado de verduras para acompañar un plato de pasta.
Pancakes
Es un clásico del desayuno que solemos comprar hecho sin saber que no puede ser más fácil elaborarlo en casa en un plis plas. Primero preparamos la base para lo que mezclaremos 250 g de leche con el zumo de medio limón, adaptando las cantidades en función de las necesidades, y gustos. En la experimentación está el gusto.
Para hacer pancakes, se mezcla una taza de base con una de harina, una de leche, un huevo y un sobre de levadura. Para que queden perfectos es recomenmos dejar reposar la masa en la nevera durante un rato, y después cocinar en la sartén con un poco de mantequilla. Los pancakes combinan con mermeladas, miel, chocolate, etcétera.
Kétchup
La versión industrial de esta popular salsa suele ser siempre mucho peor que la casera, y elaborarla no puede ser más sencillo. La buena noticia es que también puede conservarse, de manera que el trabajo de un día acabará ahorrándonos tiempo a medio plazo.
Para prepararlo, recomendamos cocinar a fuego bajo durante unas cuatro horas “tomate, apio, zanahoria, cebolla, zumo de manzana, vinagre, miel, un concentrado de tomate –si se tiene– y un toque de chile seco o guindilla a elegir. Pasado este tiempo, se procesan los alimentos y se pasan por el colador para eliminar grumos. El kétchup puede conservarse a temperatura ambiente, pero una vez abierto debe guardarse en la nevera.
Hamburguesas vegetales
De legumbres, verduras, guisantes… Se pueden hacer hamburguesas vegetales de casi todo, una tarea casera muy recomendable teniendo en cuenta los precios industriales. El principal problema de hacer las hamburguesas en casa radica en que se suelen desmontar, por eso una buena opción es congelarlas y freírlas directamente congeladas. Recomendamos partir de cualquier legumbre picada con harina de garbanzo y agua, y a partir de ahí añadir otros ingredientes: champiñones, vegetales o sazonando con las especias a tu gusto.
Para mejorar su textura y que la hamburguesa no quede tan seca se puede utilizar huevo, y si se desea una opción vegana recomensamos mezclar semillas de lino con agua que aumentarán hasta tres veces su volumen y darán lugar a una sustancia viscosa que nos irá muy bien para ligar los ingredientes. También pueden utilizarse semillas de chía, lino, etcétera.
Muesli
Si se elabora en grandes cantidades, tendremos un desayuno para toda la semana rico, saludable y sin azúcares añadidos.Tienes muchos cereales que puedes combinar así como frutas y frutos secos. Recomendamos copos de avena, semillas de girasol, semillas de calabaza, frutos secos al gusto y semillas de sésamo, que mezclaremos con zumo de manzana y aceite de oliva hasta lograr una pasta pegajosa. La idea es que cada uno escoja las proporciones a su gusto, pero nosotros recomendamos partir de 3 partes de copos de avena por una de girasol, una de calabaza y una de frutos secos.
A continuación, se coloca la mezcla en una placa del horno y se cuece hasta que se vaya secando, se deja enfriar y por último se añaden pasas, orejones, frambuesas desecadas, coco en láminas, etcétera. Este muesli no necesita azúcar, pues el zumo de manzana ya se encarga de aportar ese toque dulce.
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