Polémica en las redes por los efectos de las ondas electromagnéticas en la salud: los físicos llaman a la calma
Es el debate de los últimos días: ¿son perjudiciales las radiaciones que emiten los electrodomésticos? La polémica surgió después de que el programa de televisión Espejo Público (Antena 3) calificara de “nocivas” las ondas electromagnéticas de estos aparatos, a raíz de una lista publicada por este medio con los dispositivos del hogar que más irradian. De inmediato, los físicos se pronunciaron para cuestionar las “alarmistas” afirmaciones del magacín informativo matinal.
Uno de estos físicos es Alberto Nájera, coordinador de la Unidad Científica e Innovación de la Universidad de Castilla-La Mancha. En conversación con Crónica Global, llama a la calma. Explica que para que las radiaciones tengan un efecto sobre la salud tienen que emitir a mucha intensidad. Una intensidad que –añade–, en ningún caso, se alcanza en el hogar ni siquiera teniendo todos los aparatos funcionando a la vez. “Si te metes dentro del microondas, pues sí que te afecta”, desliza con ironía.
Radiaciones de baja intensidad
“Si hubiera una relación clara entre estas ondas y sus efectos nocivos, tendríamos una epidemia de dolencias”, añade. Recuerda aquí que los electrodomésticos emiten radiaciones de baja intensidad, y que el Sol, las personas y la Tierra también irradian. De hecho, argumenta que los aparatos del hogar “son los que generan campos eléctricos menos energéticos”. Sentencia Nájera: “Si hubiese algo, estaríamos todos muertos”.
Por lo tanto, es cierto que “las radiaciones causan un efecto” sobre el cuerpo, provocan un “hormigueo”, aunque para sufrir esta sensación el nivel de intensidad tiene que ser muy elevado. Sin embargo, “en condiciones normales, en casa, los valores se sitúan entre 10 y 100 veces por debajo del nivel de seguridad –que es de 100 microteslas–”. También el wifi –radiaciones de alta frecuencia– se sitúa “entre 10.000 y 100.000 veces por debajo del nivel de seguridad”. Así, según este físico, no hay por lo que preocuparse, por lo que afirma que se ha generado una alarma con situaciones “hipotéticas que no ocurren casi nunca”.
Surià: “Cada persona tiene un límite diferente”
Las explicaciones de Nájera contrastan con los argumentos de Joan Carles López, experto en geobiología y radiaciones consultado por el programa televisivo, y Carles Surià, geobiólogo y experto en bioconstrucción y mediciones de contaminación electromagnética. Los tres coinciden en que las radiaciones afectan, pero mientras el físico apunta que no hay peligro alguno en los niveles que hay en una casa, los geobiólogos –una pseudociencia, según Nájera– sugieren que, al menos, y según la exposición, pueden provocar problemas en el descanso, aunque reconocen que hay muchos estudios que no encuentran una causa-efecto y otros, que relacionan estas ondas con problemas más graves. Consideran que hay intereses económicos detrás. “Cada cuerpo tiene un límite diferente”, razona Surià.
En este sentido, cada uno aporta, desde su visión, algunos consejos para convivir con las radiaciones artificiales. López dice que hay que “desenchufar” todos los aparatos cuando no se utilicen, especialmente a la hora de ir a dormir. También sugiere dejar el móvil en otra habitación, aunque apunta que en modo avión no emite ninguna radiación y no habría problema en tenerlo cerca. Las conexiones inalámbricas, cuanto más lejos, mejor. En este sentido, recomienda “adaptar la casa al siglo XXI”: que todas las habitaciones tengan una conexión por cable, y que cada estancia cuente con una línea individual. Incluso desviar el móvil al fijo en casa.
¿Hay que desconectar el wifi por la noche?
También sugiere pequeños gestos Surià. Todo lo que está enchufado, “normalmente” irradia. Los cables “tienen pérdidas ambientales”, y las radiaciones buscan el camino de ir a tierra: el cuerpo humano es buen conductor. Por ello, algo sencillo de aplicar es “desconectar” el wifi por la noche –Nájera sostiene que no es necesario, como tampoco pasa nada por hablar por teléfono cuando el smartphone se está cargando, porque, como ha dicho, la intensidad de la radiación no tiene efectos nocivos para la salud–. En este punto aporta algo desconocido por muchos: “Se puede configurar el router para que se desconecte y se vuelva a conectar a ciertas horas”. “Es una radiación gratuita que no aporta nada”, alerta.
Otro consejo “fácil de aplicar”, dice Surià: las mesas de los ordenadores, mejor de madera, pero si tienen elementos metálicos (que hacen de antena) es recomendable “conectarlas a un cable de tierra”. “Todo lo que se pueda desconectar, bienvenido”. Eso sí, “a modo de prevención” cuando vas a entrar a vivir en una casa, recomienda realizar un estudio para ver si hay que realizar reformas o aplicar soluciones más sencillas.
Es la guerra de las radiaciones. Y todavía no ha llegado el 5G…
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