Consejos de salud para el otoño
Publicado de Joan Carles López & Vicente Lacorzana en Consejos Salud · 20 Octubre 2019
Tags: otoño, consejos, salud, adaptación, hidroterapia, sol, prevención, frutas, hortalizas, dieta
Tags: otoño, consejos, salud, adaptación, hidroterapia, sol, prevención, frutas, hortalizas, dieta
Algunas épocas del año son de lo más imprevisibles, especialmente, la primavera y el otoño. Puedes estar disfrutando de una ola de calor en pleno septiembre y, de repente, llega la lluvia y unos vientos helados. El otoño es así. Es una estación de entretiempo, es decir, una estación de paso entre el calor y el frío.
Muchas personas, cuando no saben cómo enfrentarse a esta estación, acaban resfriadas y con problemas de salud. Te aportamos unos consejos muy útiles en esta estación tan especial.
Aumento de la vitamina C

Adaptación a la temperatura
El otoño es muy impredecible, es decir, le gusta subir y bajar las temperaturas continuamente. Para estar preparado, no dudes en vestirte de manera adecuada, que permita adaptarte a la temperatura de manera correcta. Y cuando decimos de manera correcta, hablamos de taparte lo suficiente como para ir fresco, sin pasar calor. Nada de ir súper abrigado hasta sudar. Vístete con varias capas de prendas ligeras que puedas poner y quitar según el momento del día. De esta manera podrás modificar tu temperatura constante.
Ejercicio al aire libre
No lo hagas a lo loco y menos sin contar con un sistema inmunitario que esté en forma. Pero sí te pedimos que no renuncies a hacer ejercicio en la calle. Gracias al frío, conseguirás que tu cuerpo se haga más fuerte. Además, después de llover respirarás un aire limpio y puro, de primera calidad. Procura hacer ejercicio con ropa que te abrigue pero que transpire para que no sudes ni sufras un golpe de frío.
Ventilación adecuada
La humedad es algo muy propio de la estación de otoño. Cuando llueve, aparecen las humedades en los hogares. Donde hay humedades se acumulan hongos y bacterias, que crecen y contaminan el aire de tu casa. Por eso, aunque haga frío, no dejes de ventilar bien tu hogar. Ayudarás a renovar el aire, te encontrarás mejor y prevendrás las alergias propias de la humedad.
Ingerir fruta y hortalizas de temporada

Aumentar la higiene
Como ya dijimos, la humedad implica hongos y bacterias en cualquier parte de la casa. Pero también en el cuerpo. Cuando nos tapamos demasiado, empezamos a sudar. Es una señal que la temperatura de tu cuerpo no es la adecuada y que debes refrescarte y airearte, con cuidado para no resfriarte. Si mantienes ese exceso de calor, la ropa se humedece con el sudor. Las bacterias comienzan a proliferar y a invadirte. Las bacterias pueden producir diversas molestias en la piel e, incluso, resfriados. Es aconsejable extremar la higiene para evitar que se acoplen las bacterias.
Hidratar bien la piel
El aire frío es capaz de cortarte la piel. Cuando la temperatura baja de manera brusca y sopla el viento, que corta como cuchillos, aparecen los sabañones. Éstos son cortes sangrantes que se producen al secar la piel y al estirarse. Si no se tratan de la manera adecuada, se convierten en un foco de infecciones. Para evitarlos, mantendremos una hidratación profunda de la piel utilizando aceites y mantecas naturales.
Infusiones
Durante el otoño, las comidas se hacen más copiosas, porque apetecen más las comidas caseras, las sopas y los platos calientes. Como consecuencia de ello, las digestiones se hacen mucho más largas y pesadas, hasta el punto de impedirte hacer ejercicio o descansar en condiciones. Una infusión viene de escándalo para facilitar la digestión.
Baños de sol

Descansar lo suficiente
Será tu aliado para regenerarte y reponerte antes tras un resfriado o tras una fría noche. Si descansas, tu sistema inmunológico se regenera, se hace más fuerte y podrás disfrutar más de esta estación. Recuerda no abusar del sueño. Con 7 horas seguidas es más que suficiente. Hasta tu cuerpo se despertará solo.
Beber mucha agua
Ya hemos hablado de la hidratación de la piel, que es muy improtante cuando cambian tanto las temperaturas. Pero ahora vamos a hablar de la hidratación del cuerpo.
Parece que sólo es importante beber mcuho agua cuando hace calor, pero no es verdad. Cuando empieza a llegar el frío las comidas se hacen más copiosas y pesadas y al cuerpo le cuesta más digerir todo. Por eso es bueno beber mucho agua entre comidas, para ir ayudando a que el sistema digestivo funcione bien. Recuerda la recomendación de los dos litros de agua al día.
Evitar cambios bruscos de temperatura
Abrigarse según vayan bajando las temperaturas es clave, claro. Pero también lo es evitar los cambios bruscos de temperatura. Si vas a entrar en un lugar en el que hace calor, quítate capaz de ropa poco a poco. No esperes a entrar en calor para quitarte todo, porque lo notarás más.
Lo mismo ocurre al revés. Abrígate antes de salir a la calle si sabes que hace frío. Mantener el calor corporal todo lo posible es clave para que la salud no se resienta al llegar el otoño.
Dormir y descansar bien
Se suele hablar mucho de la astenia primaveral y nada o muy poco de la astenia otoñal. Sin embargo, esta existen y muchas personas la sufren. Hay quienes reaccionan bien a los cambios de temperatura, de la luz solar, etc. Pero hay otras personas que sufren mucho a causa de todos estos cambios.
Una de las principales características de este fenómeno es que se suele arrastrar mucho cansancio. Por eso es importante cuidar del sueño y del descanso en estas estaciones de cambio. Hay que irse a la cama pronto, evitar los estímulos en la habitación de descanso, y aprovechar bien los días en los que no se trabaja. Verás como durmiendo bien haces frente al otoño con mejor cara.
Cuidar el estado de ánimo
Con la llegada del otoño también llega el cambio de hora. Se acortan los días y la oscuridad se instala rápidamente en nuestras vidas cada tarde. Muchas personas ven afectado su estado de ánimo por esta falta de sol. Incluso hay quien sufre el Trastorno Afectivo Estacional.
Para evitar este tipo de complicaciones hay que cuidarse a uno mismo por dentro y por fuera. Dedícate tiempo, haz las cosas que t egustan y procura dejar el trabajo en la oficina. No te agobies con la vuelta al trabajo. Es habitual que en septiembre y octubre la carga de trabajo sea muy alta. Se junta la vuelta del verano y la preparación del fin de año. Tómatelo con calma y encárgate de estar bien.
APRENDEMOS DE VUESTRAS PREGUNTAS, SUGERENCIAS Y COMENTARIOS.
SI LA INFORMACIÓN OS RESULTA INTERESANTE COMPARTIR CON AMIGOS Y FAMILIA.
Todavía no hay reseñas.