Un total de 70 países cuentan con regulaciones que permiten el uso de cultivos transgénicos o la importación de sus alimentos derivados en 2018. Ya no solo se utilizan para enfrentar plagas y malezas, sino también desafíos climáticos y nutricionales.
La Comisión Europea ha autorizado recientemente la importación en la Unión Europea, para alimentación humana y animal, de siete variedades transgénicas y la renovación de otras dos.