Esta es la conclusión de un estudio que analizó 159 muestras tomadas en distintos países de cinco continentes. El 83% de las muestras contenía microplásticos.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha realizado una revisión de la documentación científica existente sobre la presencia de microplásticos en el agua embotellada, y el resultado es que considera que no es un riesgo para la salud, aunque reconoce que es necesario realizar nuevas investigaciones con carácter urgente.
La película de plástico transparente utilizada para separar restos de comida en la nevera o envolver los bocadillos es muy útil y cómoda, pero casi imposible de reciclar. Además, desprende dioxinas, una sustancia tóxica que se acumula en la cadena alimentaria.