Siempre hemos asociado la idea de huerto al campo, a un pueblo, al entorno rural, pero no a las ciudades. Un concepto que en los últimos años está cambiando, el pensamiento de que en las grandes urbes no hay espacio o no se puede tener un huerto se ha ido desterrando.
En estos últimos años, muchas personas comprometidas con el medio ambiente y que siempre quieren llevar un tipo de alimentación saludable, han cambiado el chip y se han puesto manos a la obra, generando sus propios espacios de cultivo en la ciudad, cosechando sus propios alimentos y fomentando en su comunidad un estilo de vida mas sano.
Los motivos para empezar con tu propio huerto urbano pueden ser muchos
Cultivar alimentos 100% naturales, sin pesticidas dañinos. Poder cosechar productos frescos sin que hayan sido manipulados en la cadena de comercialización. Comerás de manera mas saludable y además, cuando pruebes su sabor ya no querrás probar ninguna otra. Cuando cultivas tu propia comida, tu relación con la comida se torna totalmente diferente. El hábito de plantar y cosechar anima a la gente a comer más sano, valorando las opciones naturales, que son altamente nutritivas.
Reencontrarse con la naturaleza. Un huerto hace que tu contacto y respeto por la naturaleza sea mucho mas intenso.
Podemos conseguir que nuestro hogar sea un lugar más agradable y saludable.
Es sencillo. Contrariamente a lo que puedas pensar, tener un pequeño huerto en tu terraza o tu jardín es más fácil de lo que crees.
Es gratificante. Cultivar, hacer crecer, cosechar y comer tus propios alimentos es una de las actividades más gratificantes que nos podemos experimentar.
Ahorras dinero. Cultivar tus propios alimentos hará que ahorres en tu compra del super. Además si tienes césped, la cantidad de agua que tienes que destinar a mantenerlo es un gasto bastante cuantioso. Un paquete de semillas es muy barato y pueden brotar cientos de plantas.
Piensa en la gente que te rodea, en tu familia o tu comunidad, en los valores que les puedes aportar si tienen un huerto urbano cerca. Si tienes una comunidad cerca que cultive sus propios alimentos, es posible intercambiar, comprar y vender mercancías. Esta práctica termina por fomentar el desarrollo de la economía y de nuevas empresas locales. Puedes rescatar el sentido de comunidad y ayuda mutua entre los vecinos.
Te reencuentras con los ciclos naturales. Al estar en contacto con las plantas nos daremos cuenta que dependientes son de los ciclos del año. Volvemos a sentir la importancia de la primavera, la diferencia entre verano e invierno y la abundancia del otoño.
Mejora la eficiencia de alimentos producción y uso del suelo. La agricultura intensiva a gran escala tiene muchos factores negativos. La pérdida de productividad de los suelos en los casos de monocultivos es uno de ellos. Por lo tanto, producir en el patio trasero permite la descentralización de la producción, ayudar a conservar el suelo, reduce la huella de carbono que deja el alimento entre el productor y el consumidor final, fomenta la creación de tiendas y productores independientes, disminuye la cantidad de envases descartados y más.
El concepto actual de huerto urbano se basa en aprovechar las técnicas de cultivo de antaño pero concentrando toda nuestra cosecha en espacios de reducidas dimensiones
Hoy día existe mucho material con el que podemos aprovechar cualquier pequeño rincón de nuestra casa, una azotea, una terraza, un balcón e incluso una ventana. Solo necesitamos un lugar en nuestra casa con 5-6 horas de luz directa al día.
En el huerto urbano podrás cultivar una variedad de verduras y hortalizas enorme, desde berenjenas, ajos, acelgas, cebollas, pepinos, lechugas, espinacas, tomates, pasando por lechugas, rábanos y un largo etcétera, dependiendo de la instalación de la que dispongamos.
Si te he convencido y no sabes por donde empezar, puedes tomar buen ejemplo del australiano Angelo Eliade capaz de producir 250 kg de alimentos en su jardín de 60 metros cuadrados, o a Dennis y Danielle McClung que transformaron su piscina en una huerta autosuficiente, o a la familia Dervaes que producen 2700 kg de alimentos en 400 metros cuadrados, o a Luke Keegan que convirtió su césped en un fantástico huerto urbano, o a Curtis Stone que se ha convertido en un auténtico gurú de los huertos urbanos, o el asturiano Toni Frito que nos maravilla todas las semanas con sus artículos.
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