El empleo de ciertos colorantes y conservantes, habituales en la alimentación infantil, podría ocasionar un moderado incremento en las conductas hiperactivas de niños sanos en edad escolar y preescolar

El trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA) es una causa importante de fracaso escolar y puede comprometer la salud mental del niño en un futuro. Su prevalencia se sitúa en torno al 5% de la población. Muchos niños pueden presentar conductas hiperactivas (inatención, sobreactividad e impulsividad) a lo largo de su desarrollo normal, sin llegar al extremo de desarrollar el TDA, por eso todo factor que pueda agravar estas conductas hacia situaciones patológicas despierta interés científico. La relación entre el consumo de aditivos alimentarios y el empeoramiento de los síntomas de TDA había sido descrito con anterioridad en niños enfermos.

Recientemente ha sido publicado en The Lancet (2007; 370:1560-7) un ensayo clínico cruzado, doble ciego, sobre un grupo de 153 niños de tres años y 144 niños de ocho a nueve años, sin diagnóstico clínico de hiperactividad, a los que se suministraba durante 6 semanas una bebida que contenía benzoato sódico como conservante y dos mezclas diferentes de colorantes habituales (A o B) o una bebida placebo.

Los colorantes utilizados incluían el colorante amarillo (E110), rojo cochinilla (E124), carmoisina (E122), tartazina (E102), quinolina amarilla (E104) y rojo allura (E129)

El principal resultado medido fue un índice de hiperactividad global, expresado en z scores, cuyos datos se cumplimentaban con comportamientos recogidos por padres, profesores y un test informático en los niños mayores.

En los niños de 3 años el consumo de la mezcla A produjo un incremento de la puntación de la escala, comparada con placebo (0,20 [IC 95 %: 0,01 a 0,40]).

En los niños de 8 y 9 años se encontraron efectos adversos por consumo sólo de la mezcla B (0,12 [IC 95 %, 0,03 a 0,22]) frente al placebo.

Los autores concluyen que los colorantes artificiales y algún conservante (o ambos) en la dieta de niños de 3 y de 8-9 años determinan comportamientos hiperactivos en niños de la población general

El estudio, por su diseño, carece de la potencia suficiente para poder establecer recomendaciones generales para la alimentación infantil, ya que no permite establecer qué colorante o conservante es el responsable del efecto descrito, o si se trata de las mezclas del estudio la que produce los efectos adversos. Las diferencias en los efectos, aunque muestran una clara tendencia hacia el prejuicio de los colorantes, no son homogéneas en los dos grupos de edad analizados. El interés del tema, de cara a la salud infantil, hace que sea necesario el diseño de nuevos estudios, más amplios y específicos que permitan delimitar el verdadero alcance de los riesgos.

Artículo original:

McCann D, Barrett A, Cooper A, Crumpler D, Dalen L, Grimshaw K, et al. Food additives and hyperactive behaviour in 3-year-old and 8/9-year-old children in the community: a randomised, double-blinded, placebo-controlled trial. Lancet. 2007; (2007; 370:1560-7). Erratum in: Lancet. 2007 Nov 3;370(9598):1542

Fuente: https://www.geosalud.com/geonoticias/aditivos.htm


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