«No se debería combinar producción ecológica con convencional»
Esta semana arranca la campaña de boniato en Málaga. Se espera una cosecha productiva y de alta calidad con calibres comerciales. También los precios son prometedores, debido a la gran demanda. La meteorología adversa en ciertos estados americanos como Carolina del Norte ha hecho disminuir la importación de contraestación originando un hueco debido a la escasez. “Los agricultores deberían obtener entre 70 céntimos y 1 € por kilo. La popularidad del boniato sigue en auge desde hace 7 u 8 años. La situación de mercado es estable y con perspectivas a largo plazo.”, comenta José Carlos Varela, gerente de BioAlgarrobo. La empresa malagueña cultiva, entre otras frutas y hortalizas ecológicas, 30 hectáreas de boniato temprano y tardío. En esta campaña espera una cosecha de 1 millón de kilos.
“Este año los precios son atractivos para todos los eslabones de la cadena, pero no debemos olvidar que el boniato necesita un largo proceso: no es cultivo siempre sencillo. Además, después de cosechar se deben cepillar, seleccionar, empaquetar, transportar, etc. Y el precio neto final es bastante inferior”, prosigue José Carlos Varela.
Un cultivo secular con futuro
“La variedad tradicional de tallo Beauregard abrió el mercado y sigue siendo la más demandada. De hecho, se consume desde hace décadas. Le siguen la variedad israelí y californiana. El consumo de las variedades más conocidas estimula el cultivo de otras variedades. Este el caso de la variedad de boniato Pepita, de piel y carne color púrpura o morado. De sabor similar a otras variedades, su color atractivo es apreciado en la alta gastronomía, comidas infantiles, para patatas fritas de diferentes colores, etc. Sin embargo, su conservación es más corta y menos resistente a plagas” .
España sigue siendo el principal país productor europeo, aunque Países Bajos y Portugal están ampliando superficie de cultivo. España abastece la mayor parte del mercado europeo siendo Alemania, Francia y Holanda los principales consumidores. Sin embargo, la alta demanda obliga a importar boniato de países terceros para abastecer el mercado los 12 meses del año.
“Los viveros no consiguen seguir el ritmo de demanda, ya que están enviando plantas a toda Europa. El cultivo de boniatos se adapta mejor al clima peninsular, especialmente en la región malagueña. En Holanda y Bélgica, por ejemplo, la planta debe ser arrancada rápidamente debido a que las condiciones climáticas, por bajas temperaturas, afectan desfavorablemente al cultivo. En estos países se planta en mayo y en septiembre ya hay que arrancarla: si se queda en el suelo el frío puede destruir el fruto”, explica el gerente de BioAlgarrobo.
El boniato gana terreno a la patata
Aunque parezca un tipo de patata, el boniato es más energético, contiene más fibra, rico en vitaminas A y C, ácido fólico, potasio y hierro. El boniato se destaca por su alto contenido en carbohidratos, 100 g de boniato aportan 99 Kcal y unos 23 g de hidratos de carbono. Por esta razón es un alimento adecuado para niños, deportistas y mujeres embarazadas entre otros, por su elevado aporte energético.
“También el almacenaje del boniato es más sencillo que el de patata. Se recolecta el fruto entre octubre y noviembre, y dos meses antes de recolección hay que disminuirle el agua y cortar el nitrógeno. El almacenaje es ideal en climas más fríos con ventilación natural en cámaras entre 2 y 5 grados, sin luz y almacenados en cajas de plástico donde solo pierde algo de peso. A nivel de almacenaje, es menos vulnerable que la patata, eliminando la problemática del uso de fitosanitarios como el clorprofam para evitar la brotación”.
“El producto ecológico europeo se prefiere a las importaciones”
“Otro producto exótico de BioAlgarrobo con proyección en España es el maracuyá o fruta de la pasión morada y amarilla, cultivada en invernadero todo el año. Esta fruta cada vez tiene más demanda para batidos, zumos, helados, tartas y para comer directamente con cucharita. Europa recibe la fruta de países como Colombia o Uganda. Al ser importadas con largo transporte no llega en condiciones. O se recoge verde sin conseguir el grado de maduración ideal. Hasta ahora estos productos se importaban exclusivamente, pero el consumidor europeo prefiere productos biológicos con certificado europeo”, comenta José Carlos Varela.
«Para evitar el fraude ecológico, las empresas no deberían combinar ecológico con convencional: el riesgo de error aumenta si se mezclan producciones», explica. A lo que añade la importancia de que los fraudes salgan a la luz avisando a los organismos de control. “Algunas empresas creen que la mala publicidad daña la reputación del sector, cuando de hecho es todo lo contrario. Es necesario intervenir, ya que el trabajo que se está realizando a nivel de controles es realmente exhaustivo y minucioso. No deben pagar justos por pecadores”, nos cuenta José Carlos Varela.
Con 200 agricultores y 200 hectáreas, esta empresa malagueña produce frutas y hortalizas exclusivamente ecológicas desde hace más de 20 años. El 90% de su producción se destina a Alemania, Holanda, Austria y Francia.
Sus modernas instalaciones son de total autoconsumo. Las numerosas placas fotovoltaicas generan suficiente energía de forma autónoma, eficaz y respetando el entorno.
Fuente: https://www.freshplaza.es/article/9126180/no-se-deberia-combinar-produccion-ecologica-con-convencional/
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